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Como es evidente, la labor del perro como perro pastor no nace como modadlidad de adiestramiento. Dese la antiguedad clásica se tiene constancia de la utilización de perros en labores auxiliares del cuidado de ganado. En un principio se desarrollaron razas protectoras contra alimañas (lobo, oso, zorro....) y después aparecieron las razas de acarreo o carea.
Es increible el trabajo que un perro puede desarrollar en una explotación, aunque es verdad que, en nuestra zona, se está perdiendo la tradición de utilizar al perro para el manejo del ganado. Esto se debe al tipo de ganadería dominante (rebaños pequeños, segunda actividad, terrenos reducidos, explotación en intensivo....). Cuando yo alquilé la primera finca y compré mis primeras ovejas, los ocupantes de fincas colindantes, también propietarios de pequeños rebaños, me decían que donde iba con los perros, que para que los necesitaba, que solo era una manera de poner nerviosas a las ovejas. La verdad es que no les faltaba razón ya que mis perros, por aquel entonces, trabajaban como podían y las ovejas corrian y se ponían más nerviosas de lo necesario, mientras que mis vecinos con un simple silbido y un saco de pan duro eran capaces de recoger todo el rebaño y meterlo en la cuadra.
No obstante soy obstinado y yo seguí erre que erre con mi formación y adiestramiento. Hoy en día las cosas no son iguales. Los vecinos se queda asombrado del trabajo que realizan los perros y soy capaz de ejecutar trabajos para los que ellos tienen grandes dificultades. Cuando vienen los veterinarios a la finca, cuando viene el esquilador, cuando queremos separar a una recién parida y en este tipo de circunstancias no hay pan duro que valga. Ahora, cada vez que uno de mis vecinos con ovejas tiene una dificultad, acude a mi......para recoger ovejas del monte, para reducir a un carnero que se tira a por personas, para mantener quietas las ovejas mientras ordeñamos, para recogerlas incluso de noche cuando empieza una nevada inesperada......y así un sin fin de situaciones.
A diferencia del trabajo de concurso, en la granja se deja al perro tomar más decisiones. En realidad el perro es un compañero de trabajo. Nosotros le daremos indicaciones, pero un buen perro debe tener la suficiente iniciativa para responder a los movimientos de la oveja sin esperar indicación alguna. Por ejemplo: si queremos mantener a las ovejas controladas cuando viene el esquilador las llevaremos contra un rincón y el perro se encargará de que permanezcan ahí mientras nosotros vamos seleccionando una a una para el esquileo. Sería imposible estar pendiente de dar indicaciones al perro a la vez que ayudamos al esquilador a inmovilizar la oveja. Tiene que ser el propio perro el que rectifique su posición para controlar cualquier movimiento evasivo de una oveja.
Del mismo modo, si mandamos al perro recoger las ovejas, normalmente dejaremos que él elija el lugar por el que entra al rebaño y el trayecto que sigue para traerlas, mientras que en un concurso el recorrido es marcado previamente por el juez de la prueba.
Existe algo de polémica en nuestro mundillo sobre si la competición realmente puede certificar lo valioso o no que es un perro para un trabajo más real. Estamos los enamorados de los concursos como mejor medio de selección (no el medio perfecto, pero si el mejor que tenemos) y los que piensan que los concursos desvirtúan la realidad y seleccionan características del perro que no son las mejores para un trabajo real.
A este respecto, nunca olvidaré la respuesta que nos dío Aled Owen (uno de los grandes) en un seminario: "todos los perros de concurso pueden trabajar bien en una granja, pero no todos los perros de granja pueden realizar un concurso". Para mí está todo dicho.
Club de Pastoreo "Sierra de Guadarrama"
Juan Carlos Aparicio del Val
664 37 54 45